19. Un pastelero en China. Por Pol Anter

Mi nombre es Pol Anter Campdepadrós y soy pastelero en China. Nací en la preciosa ciudad de Terrassa, España, hace 32 años y desde hace 11 intento ser pastelero. Empecé en un restaurante, de un restaurante pasé a un hotel, luego a una escuela. He hecho un poco de todo, pero siempre relacionado con la pastelería. Desde pequeño, en casa la cocina ha sido el centro del hogar, siempre se ha cocinado en casa. Tanto mi hermana Carla, también cocinera profesional, como yo hemos crecido ayudando a nuestros padres a cocinar, a preparar postres, pasteles… Así que desde pequeño he tenido claro que acabaría trabajando en la cocina.

Dorando el merengue para hacerlo más sabroso y darle un aspecto sexy

 

Al terminar el instituto decidí estudiar en una escuela de cocina en Manresa que se llama Joviat y el último curso me especialicé en pastelería. Ahí conocí a Aleix, un compañero de clase que marcó el rumbo de mi destino.

Tras terminar los estudios trabajé durante un año en un restaurante estrella Michelín en España. La jefa del restaurante tenía un amigo que vivía en Francia y regentaba un hotel con su esposo y me recomendó para trabajar con ellos. Así que mi primera experiencia internacional fue en Francia durante un año.

Después volví a España y la siguiente parada fue China en 2013. Mi compañero de estudios, tras graduarse, fue directamente a trabajar a Pekín en “Migas” un restaurante mediterráneo. Un día me llamó porque buscaban un pastelero. ¡No me lo pensé! No tenía nada que perder, así que vine de cabeza. Lo que comenzó siendo un año en Pekín, ¡se convirtió en 5!

Por aquel entonces compaginaba el trabajo en el restaurante con unas clases de pastelería en una escuela en Pekín. La dueña de la escuela y yo, nos hicimos grandes amigos y yo me di cuenta de que me gustaba mucho enseñar. Así que llegamos a un trato mi jefa y yo y trabajé con ella durante 4 años.

Durante unas vacaciones volví a Terrassa y mi hermana me dio una sorpresa… Me entregó una caja sencilla que contenía un mensaje en clave ¡un chupete! Ya os podéis imaginar la emoción. Aquello me hizo decidir regresar a España para estar cerca de mi familia, para ver crecer a mi sobrina y estar en Barcelona una temporada.

¡¡Lo que más echaba de menos de China era la comida!!

Enseñándole a una estudiante cómo hacer diseños en el molde de bombones de chocolate.

Viví en Barcelona durante dos años donde quería ejercer como profesor, pero necesitaba seguir estudiando, así que comencé un curso de dirección de cocina, aunque mantenía el contacto con mi antigua jefa de China. Teníamos tan buena relación que incluso vino de viaje a España con sus estudiantes, les invité a mi casa, salimos a cenar… Durante esa visita, ella me propuso regresar a China, para trabajar en su escuela. Cuando terminé los estudios superiores decidí volver a la aventura en China, porque en China ¡siempre pasan tantas cosas! Así que, en febrero de 2021 regresé a Pekín durante tres meses y en mayo mi jefa confió en mí para abrir su nueva escuela en Xiamen.

En clase, solía explicar la receta primero y dejarles a ellos probar después.

Ah, Xiamen, no sabía que me iba a enamorar así. No me quería ir. Cuando me meto en el mar, para mí la vida es increíble, flotando en el agua. Cuando me sumerjo en el agua, el resto desaparece y soy la persona más feliz del mundo. En Xiamen tienes montaña a 5 minutos de casa, el mar a 20 minutos, los lagos. Yo no soy de Barcelona ciudad, sino de Terrassa que es una gran ciudad pero se siente como un pueblo, entonces Xiamen para mí fue un lugar ideal. Es una pena que mi romance con Xiamen fuese tan breve. El negocio de la escuela en Xiamen se vio afectado por la pandemia, así que tuve que buscar otras opciones. Solo viví en esta ciudad tres meses, pero me hizo darme cuenta de lo que me gusta la vida en el sur de China.

Un buen amigo vasco me ayudó a compartir mi curriculum con sus contactos y pude escoger entre varias opciones como Shanghai, Xi’An o Guangzhou. Así que me decanté por trabajar en el hotel Ritz Carlton en Guangzhou, también en el sur de China, enamorado de sus costas y sus temperaturas tropicales. Tuve mucha suerte y la verdad es que estoy encantado con la ciudad, el equipo, el hotel y el puesto.

Con mi equipo actual del Hotel Ritz Carlton de GuangzhouComo dato curioso, en China los dulces más populares no son tan dulces como en Europa o como los postres de estilo francés. Habitualmente, en el hotel me dan libertad para hacer lo que yo quiera, aunque aquí hay preferencia por postres más suaves y ligeros como cremas de chocolate, pasteles con mousse. A veces me piden que prepare dulces locales típicos de Cantón. En estos casos cuento con la ayuda del equipo local que me guía, me dan su opinión sincera acerca del sabor, etc. Además, para el buffet del hotel hacemos postres chinos muy particulares como una sopa fría dulce con dátiles secos, bayas de goji y hongo de la nieve que se llama “红枣雪耳糖水” (hóngzǎoxuěěrtángshuǐ, literalmente sopa dulce con jujube o azofaifo y hongo de la nieve). Para el paladar occidental quizás no suene muy apetecible, pero la verdad es que aquí es un éxito y tiene muchas propiedades nutritivas.

Un postre chino especial, la sopa dulce que acabo de mencionar, llamada “红枣雪耳糖水”

Aunque echo de menos a mi familia, tengo muy claro que China me ha dado grandes oportunidades y venir aquí ha sido un gran acierto. Si pudiera volver atrás y me preguntasen de nuevo si me animo a venir a China, diría que “por supuestísimo que sí”. China es muy guay. Por supuesto que tiene sus cosas, pero como todo el mundo. Volvería a escoger esta experiencia. Culturalmente somos muy diferentes y eso, al principio, choca. Pero eso es lo bonito de adaptarte a las diferencias y ver que al fin y al cabo en el fondo tan diferentes no somos.

Desde aquí animo a las personas que estudien cocina a aventurarse a venir a China si tienen la oportunidad. Tu casa siempre es tu casa y esa no se va a ir. O sea, que cualquier lugar del mundo puede convertirse en tu casa, así que ve visitando diferentes hogares, nunca sabes cuál te va a gustar más.

 

Y, si necesitas un motivo más, ¡la comida China es increíble!

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